¿Cuáles son los ingredientes para que una empresa sobreviva 132 años y esté todavía en su fase máxima de expansión y crecimiento?
Ingrediente núm. 1: el espíritu emprendedor
La empresa García de Pou fue creada en 1884 cuando Luis García dejó su puesto como jefe de la estación ferroviaria de Figueres para hacerse cargo de una pequeña imprenta junto con su mujer, Francisca de Pou. En este antaño pequeño negocio se materializa el espíritu emprendedor de la familia García de Pou, el cual se ha transmitido durante cinco generaciones y se mantiene vivo actualmente.
Ingrediente núm. 2: la adaptación al cambio
Setenta y seis años más tarde, llega la eclosión de la industria turística en España que, como ya sabemos, tiene en la Costa Brava una de sus marcas más explotadas. Con los turistas llegan los hoteles, los restaurantes, los chiringuitos, y toda una industria paralela que nace para cubrir las necesidades de la hostelería y la restauración. Es ahí donde la cuarta generación de la familia García decide dar un giro a su imprenta y orientarse al mercado HORECA, ofreciendo soluciones de impresión y artículos de papel a sus clientes hoteleros.
Desde entonces, la empresa se ha desarrollado como fabricante de productos no alimentarios para la industria hotelera. Ya no se trata sólo de impresión en papel y plástico, sino también de fabricación de bolsas de papel, bolsas con asa, manteles individuales, manteles en rollo, servilletas, bandejas, envases de cartón para take away o envueltas para hamburguesa, e importación de productos desechables en general como vasos y envases de plástico ... un sinfín de artículos de un solo uso que satisfacen las necesidades diarias de hoteles, restaurantes y empresas de catering y eventos de todo el mundo.
Ingrediente núm. 3: la calidad como modus vivendi
Hacia 1986, la empresa familiar se embarcó en la aventura de la exportación. Empezaron por países vecinos como Francia y Portugal y a lo largo de los años, el aprendizaje y la adaptación a las exigencias extranjeras, García de Pou consolida mercados en más de cuarenta países.
Actualmente, las riendas de la empresa las llevan ya la cuarta y quinta generación familiar y su personalidad no puede ser obviada, pues su sensibilidad por el arte y el diseño han quedado impregnados en la cultura de trabajo que se respira en las instalaciones de Ordis (Girona).
Gustos aparte, hoy en día mantenemos nuestro foco en perfeccionar la calidad del servicio y del producto. Por eso tenemos prevista la construcción de un almacén automático que nos dará mayor capacidad de estocaje y nos permitirá seguir mejorando los plazos de preparación y envío.
Ingrediente núm. 4: la escucha activa
No olvidamos que la industria HORECA está cambiando y experimentando nuevas necesidades (siempre ha sido así), por lo que llevamos más de cuarenta años a la escucha e innovando para ofrecer siempre soluciones a las necesidades del momento.
Estimado cliente, tenemos a veinte comerciales a la escucha de sus necesidades y a doscientos empleados materializando las soluciones.
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